La mayoría de las parejas alguna vez experimentaron los celos como un confuso, paralizador y obsesivo sentimiento causado por el temor de que la persona depositaria de nuestro amor prefiera a otra en lugar de a nosotros.
El psicoanalista Rolón refiere que la persona celosa queda atrapada en la fase de enamoramiento, no pasan nunca por la desilusión y por ende no logran construir un amor maduro. Es decir que el “otro “permanece idealizado y toma el lugar de un objeto adorado que se teme perder.
Desde esta perspectiva se reconoce que no importan cuanto amor le demuestre su pareja, el nunca estará tranquilo, porque la raíz de su problema no es el otro, sino el mismo que es quien proyecta su falta de confianza, lo cual se remonta a alguna etapa de la infancia en la cual transito la experiencia de sentirse desprotegido e inseguro.
Quien padezca de celos intentara constantemente que la persona “amada “calme una falta que habita en él, la cual se imposible de lograr.
¿Que debemos hacer si estamos frente a una persona celosa?
Como medida primordial, debemos evitar complacer sus demandas, ya que retroalimentamos su juego patológico.
En definitiva, los celos son una forma enfermiza de relacionarse con el otro. Son un indicador de inseguridad que de ningún modo señala la presencia de un gran amor , sino una falta de amor por uno mismo.