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Muchas veces llegamos a esta época del año con la primavera y el verano con ganas de remodelar nuestros ambientes. En determinadas ocasiones no sabemos por donde comenzar a arreglar nuestro hogar. Hoy, te decimos que podés arrancar por la pintura. Las últimas tendencias en diseño tiene como principal premisa los colores que permiten resaltar, decorar, para finalmente hacernos sentir orgullosos y cómodos. La selección del color cobra una especial importancia por las sensaciones que le brinda al ambiente, para sentirnos como en casa debemos prestar especial atención a esta característica. A continuación, te detallamos las características que debes tener en cuenta para lograr una pintura perfecta:
Para realizar un proceso perfecto y que no dañes, ni afectes tu casa, seguí estas recomendaciones:
Necesitarás
- Una lata de pintura del color que elijas
- Un rodillo y una bandeja de pintura
- Pinceles de pintura, uno de tamaño medio y uno pequeño
- Un palo para mezclar
- Cinta de enmascarar
- Telas o sábanas de plástico (para cubrir los muebles o accesorios)
- Paños absorbentes (para limpiar el polvo de las paredes y limpiar los derrames)
- Una escalera de mano (para acceder a los lugares de difícil acceso)
- Un poco de disolvente (para limpiar las gotas de pintura accidentales)
- Buscá la cinta
Cubrí los enchufes, los marcos de las ventanas, los huecos, los pomos de las puertas y cualquier cosa que no quieras pintar con cinta de enmascarar. Asegurate de que la colocás en una línea recta y pulcra para que los bordes de la pintura sean igualmente pulcros.
- Cobertura
Suele ser buena idea retirar todos los muebles de la habitación, pero si no tenés espacio para hacerlo, podés cubrirlos con telas o plástico. Las bolsas de basura de plástico son una buena opción porque son económicas y sencillas para proteger los objetos.
Deberías siempre tener a mano un trapo para poder limpiar esas gotas que caen en el suelo en la zona que estás pintando.
- Limpiá el polvo de las paredes
Para lograr un acabado ultraliso, es fundamental que limpies el polvillo de las paredes antes de empezar a pintar. Normalmente es suficiente con pasar un paño seco. Tratá de lograr un cuidado especial en las esquinas superiores de la habitación. Puede ser, también un buen momento para lijar imperfecciones y retirar puntas o tornillos antiguos de las paredes, rellenando los huecos con algún producto multiusos.
- Empezá a pintar
Normalmente no es necesario utilizar un fijador en las paredes que ya se han pintado, así que es el momento de abrir la lata de pintura.
Remové la pintura con el palo de mezclar y verté un poco en la bandeja del rodillo. Usá el pincel de tamaño medio para pintar los 10 cm de los extremos de las paredes superando los bordes de la cinta de enmascarar. Usá el rodillo para pintar lo demás. La clave para lograr un acabado uniforme y liso es no sobrecargar de pintura el pincel ni el rodillo.
Dejá que la primera mano se seque, y si lo necesitás, dale otra. Quizá necesites una tercera mano si buscás un cambio de color radical.
- Retirá la cinta
Cuando la pintura esté casi seca, retirá la cinta de enmascarar. Si esperás a que la pintura esté completamente seca, te arriesgás a arrancar secciones de pintura con la cinta. Si esto sucede, siempre podés hacer retoques con el pincel pequeño.
Si usas rodillo que sea de esta manera
Cuando usés el rodillo, pintá con movimientos en forma de V o W en vez de pinceladas hacia arriba y hacia abajo o de un lado a otro. Así conseguirás un acabado uniforme y sin marcas.
