He de confesar que no recuerdo la última vez que me he sentado tranquilamente a ver la televisión como antes, la televisión clásica. Hace ya mucho tiempo que sólo consumo contenido audiovisual a través de YouTube y Netflix. Los contenidos informativos (noticias) los consumo a través de Twitter o directamente acudiendo a sitios web de los medios de comunicación.
El consumo de entretenimiento
Antes no me perdía ni un capítulo nuevo de “La que se avecina”, pero llegó un momento en que me fue incompatible el horario. Poco a poco ese vínculo emocional que existía y me tenía enganchado a la serie se fue apagando y, finalmente, perdí el interés, aunque me sigue encantando.
Entre tanto, esa necesidad de consumo de contenido de entretenimiento es sustituido por otras alternativas, llámese YouTube o Netflix, auténticas máquinas de fidelización.
Con YouTube te das cuenta de que Google aloja contenido de muy alta calidad que nunca encontrarás en televisión. Y hay para todos los gustos, no sólo un variado entretenimiento, también hay contenido para aprender sobre multitud de materias y enriquecerte enormemente.
Con Netflix te das cuenta que eso de esperar una semana para ver un nuevo capítulo de una serie es de lo más absurdo. No absurdo desde el lado del negocio de la televisión, donde sí tiene mucho sentido, sino absurdo desde el lado del consumidor. Con Netflix veo mis series cuando quiero y si tengo tiempo y me apetece, hago una maratón y veo toda una temporada del tirón. Consumo cuando y como quiero. Me saltan chispas en la cabeza si ahora pienso en ver una serie en televisión que sólo emite un capítulo cada siete días, con publicidad eterna en medio y, además, tengo que adaptar mi horario.
Reed Hashing, fundador de Netflix, ya predijo que toda la televisión estará en Internet para 2035.
Recordemos que el informe de EGM de la primera oleada de 2016 pone de relieve cómo Internet es el único medio que sigue creciendo en audiencia, actualmente con un 68% de penetración.
La audiencia de televisión sigue en caída suave y continua desde 2012. Entonces, el porcentaje era de 89,1, pasando por 88,7 en 2013, 88,6 en 2014, 88,3 en 2015 y en esta primera oleada de 2016 se sitúa en 88,2. Es decir, en cuatro años ha bajado un 1%. A este ritmo, decir que toda la televisión estará en Internet en 2035 puede parecer un tanto apresurado, aunque sí está claro que pierde cuota.
En todo caso, siempre se manejan cifras y tendencias que deben ser correctamente interpretadas. Por ejemplo, cuando se estrenó la última entrega de Orange is the New Black, los usuarios de Netflix pasaron un 23-25% de su tiempo frente al televisor viendo esta serie. Después de dos semanas, su consumo de televisión clásica volvió a los niveles habituales del 91-97%. En el caso de la serie Narcos, en su primera semana captó el 17% del consumo televisivo y dos semanas después cayó la audiencia.
¿Son estos datos negativos? No, es lo que tarda un consumidor de Netflix en ver la temporada de una serie. Son heavy consumers. No es malo, simplemente son comportamientos de consumo diferentes. Yo vi la segunda temporada de Narcos en dos días.
Plataformas de consumo
Plataformas de consumo. Esto me recuerda a aquello de “si no estás en Internet, no existes” y entonces se hacía cualquier cosa por estar en Internet. Desde entonces, el nivel ha subido mucho, muchísimo.
Las plataformas de consumo audiovisual no deben consistir en un mero acto de presencia, esto puede servir para cubrir expediente por un tiempo, pero durante ese tiempo realmente no se está consiguiendo mucho más. Me refiero a que una plataforma no optimizada se convierte en una barrera o generador de frustración (hoy en día, si te paras detenidamente a pensarlo, hay auténticas aberraciones) y empuja a los usuarios a consolidar su fidelidad en otras plataformas amigables como YouTube o Netflix. Recuperar esa audiencia posteriormente va a resultar muy costoso porque los consumidores habrán cambiando su manera de consumir, que estará adaptada a la de estas “nuevas” plataformas.
Dónde consumo
El consumo se ha desplazado al móvil, ocasionalmente al iPad y el ordenador y cuando hago uso del televisor es porque a él tengo conectado un mac. Es el patrón clásico y natural hoy en día del que existen cientos de estudios e infografías.
Bueno, para ver la cuarta temporada de House of Cards acudiré a Series de Movistar TV porque por historias de derechos no está en Netflix.
¿Cuánta televisión consumes tú frente a contenidos en Internet?